
Entre frases míticas como “Que me río de Janeiro” y “Qué bonito, por favor, qué bonito!”, toda la tropa (porque cuatro éramos de aquí, pero había una cuadrilla de amigos manchegos, aragoneses, asturianos, andaluces… relacionados con Vanesa o con el IREC) montó la de dios es cristo y nos lo pasamos en grande. Fueron tres días intensos a más no poder, y que dejaron una huella impresionante.
La lástima fue que el domingo hubo que volver a la vieja Iruña, dejando atrás todo lo vivido en Ciudad Real.
Habrá que volver… (digo yo…) a retomar las amistades que hicimos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario