Los bosques se cubren de un halo de misterio, y todo aquello que cabe en nuestra imaginación cobra vida.
Así, en el transcurso de la mañana, caminando hacia la cima de un precioso monte, disfrutando de la fauna, flora y del paisaje, me adentro en un hayedo en el que no se escucha ningún ruido, en parte por la tranquilidad de las primeras horas de la mañana y en parte porque la niebla amortigua cualquier sonido que se genere en el bosque.
Un bosque repleto de magia, de presencias y de sensaciones.
Un bosque hogar de personajes mitológicos, y especialmente del Basajaun, señor y guardian de los bosques, cuya presencia da a conocer con potentes silbidos.
Aún así, en el más absoluto de los silencios, sin silbidos de por medio, un escalofrío te recorre el cuerpo de arriba abajo, y es entonces cuando sabes que sus ojos están posados en ti...
Nunca lo verás, aunque esté ahí mismo...
Por eso Dolores Redondo en sus libros sobre la trilogía de Baztan lo llama "El guardián invisible".
Me siento afortunado de haber nacido donde he nacido, y de ser capaz de disfrutar de ese lugar maravilloso que es Baztan...
Iratzea/ Helecho
Pagoak/ Hayas
Pagadia/ Hayedo
Borda baten aztarnak/ Ruinas de una borda
Iratzeak pagadiaren artean/ Helechal en claro del hayedo
Laino artean/ Entre la niebla
Pinpilinpauxa/ Mariposa (Erebia sp.)
Urritzate (Baztan)
Irubelakaskoa (Baztan)
Irubelakaskoa (Baztan)
Lorea/ Flor (Dactylorhiza maculata)
Pagadia/ Hayedo