Hará dos fines de semana que el Festival fotográfico de Gasteiz "Periscopio" recibió literalmente un torpedo en su línea de flotación, según declaró su comisario Paco Valderrama.
Y es que durante un macrobotellón, tomado como punto de partida de una protesta sobre el prematuro cierre de los bares de la ciudad, algunos mangarranes se dedicaron a prender fuego a las imágenes allí expuestas. Las imágenes pertenecían a la colección de la Agencia Reuters, "Deporte en el Siglo XXI".
Quiero pensar que el ataque se debe a la excesiva ingesta de compuestos eltílicos, aunque desde luego no tiene justificación alguna.
Desde esta pequeña bitácora, me sumo a las denuncias por los hechos ocurridos y a los ánimos hacia la exposición Periscopio y a todos los que la hacen posible, deseando unas fructíferas (y tranquilas) próximas ediciones.
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